segunda-feira, 9 de maio de 2011

(continuação)
ESPIRITUALIDAD DE LA REGLA CONCEPCIONISTA
TRES GRANDES FIGURAS
GASPAR CALVO MORALEJO, OFM
Conferencia en la Casa Madre de la Orden,
el 18 de febrero de 2011

SOR MARIA DOLORES Y PATROCINIO
Conocida con el sobrenombre de la ”monja de las llagas” SOR MARIA DOLORES Y PATROCINIO ocupa el centro del siglo XIX como una víctima crucificada por el odio a la Iglesia y a las almas consagradas al seguimiento de Cristo.
Sólo la entereza de su fe, la firmeza de su vocación concepcionista, la valentía de su constancia en tantas persecuciones, y el ardor de su caridad generosa y compasiva, la hacen resplandecer con heroísmo admirable en la observancia de su vida de concepcionista franciscana y como fundadora y restauradora de monasterios en medio de destierros y calumnias insoportables, Los liberales y la masonería imperantes en nuestra Patria la tonaron como blanco de sus ataques a la Iglesia. Por la ejemplaridad de su vida y las gracias místicas que el Señor le concede, es también conocida como la “monja prodigiosa”, título de una moderna biografía.
Bastaría recordar las fechas en que se enmarca su existencia, 1811- 1891, para poder valorar lo admirable de su vida. Si desde muy joven ingresa en el monasterio de concepcionistas descalzas, en la madrileña calle de Caballero de Gracia, en 1829 profesando al año siguiente, pronto resplandecen en ella las gracias mìsticas con las que el Señor la distingue. Entre ellas las llagas, que desde 1830, año de su profesión, comienzan a manifestarse en su costado, manos, pies y cabeza., que la acompañarán durante toda su vida, dan origen a su denominación popular, un tanto sarcástica, de “monja de las llagas”, como será conocida. Y entre la burla que los enemigos de la fe hacen de ella fue con sus llagas testigo de Cristo, Redentor de los hombres. No le faltaron otras gracias como éxtasis, arrobamientos, visiones. Entre estas hay que recordar las que tuvo de la Virgen, Nuestra Señora, particularmente el 13 de agosto de 1831, dándole la misma Virgen su imagen santa bajo la advocación de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordia, para que la venerasen en la comunidad y difundiesen la invocación entre los fieles. Hoy se venera en el monasterio de Guadalajara, donde su conserva el sepulcro de Sor Patrocinio.
Por aquellos años, precisamente, la persecución contra las órdenes religiosas con la célebre ley de exclaustración de 1836, y la desamortización de los bienes eclesiásticos, era la joven concepcionista figura de irrisión y escarnio en el Parlamento de la Patria. Comenzó para ella el penosísimo calvario de calumnias, violentas exclaustraciones y destierros por distintas localidades españolas y francesas. Para Sor Patrocinio eran la oportunidad que aprovecha para restaurar comunidades que languidecen y abrir nuevos monasterios, cerca de una veintena, para establecer en ellos colegios para la formación cristiana de las muchachas pobres.
Como Teresa de Jesús, fue también una Santa andariega; pero perseguida por las autoridades políticas. Sin embargo, no perdió su vocación contemplativa y la fama de su santidad se difundía con la sencillez de su ejemplo.
La devoción a la Virgen con el nombre de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordia la propagaba por doquier. Escribió el amplio volumen del Ejercicio Mensual a María Santísima del Olvido, reeditado en este siglo, con oraciones diversas y amplias consideraciones marianas. Era un verdadero mes de mayo, devoción que por entonces florecía, mas para todos los días del año. Sigue la enseñanza de la MCD de Sor María de Jesús, explicando los símbolos y nombres bíblicos de la Virgen, con los que propone el seguimiento de sus pasos y la imitación de su vida. Es, sin duda, en su siglo azaroso, una de las mejores obras devocionales marianas entonces escritas para el pueblo sencillo.
Quiero resaltar las páginas que dedica a la vida religiosa en la que la devoción a la Virgen del Olvido tiene que ocupar siempre un lugar preferente, ya que es Ella la Directora de las almas contemplativas, que las conduce por el recto camino del seguimiento de Cristo, como Madre y Maestra, sin que se equivoquen, siguiendo su santa enseñanza. Y confiando en que las librará de las dificultades con que el enemigo de las almas trata de apartarlas de su progreso espiritual. A esta Divina Directora tiene que acudir el alma para que la libre, ayude y proteja. Nadie como Ella, ejemplo y Maestra de contemplativos, puede guiarnos con mayor acierto. La confianza que su misericordia nos asegura facilita poner en sus manos maternales los anhelos de nuestra consagración a su amor y servicio.
Para ella fue la Virgen, Nuestra Señora del Olvido, la divina Maestra quien la alentó y sostuvo en su azarosa existencia. Perseguida, calumniada, desterrada, reencendía su amor al Señor, a Jesús Sacramentado y a la Bendita Madre, glorificando siempre a la Trinidad Santísima. Y confiando en la Misericordia Divina, escuchaba solícita lo que la imagen de Cristo Crucificado le decía. Era el Cristo de la Palabra salvadora para la sociedad y la familia.
(continua)

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